Concluyó la Escuela de Verano con reflexiones sobre cómo generar políticas públicas “desde abajo hacia arriba”


Durante tres jornadas, la Escuela reunió a más de 50 personas para debatir sobre la construcción e implementación de políticas públicas desde el territorio.

El jueves 20 de febrero concluyó la Escuela de Verano 2025: “Las políticas públicas desde el territorio”, una instancia de formación organizada por el Programa Integral Metropolitano (PIM) y la Red Camino Nordeste, un colectivo ubicado en el Municipio F de Montevideo que nuclea instituciones que trabajan temas como educación y salud, además de otros actores sociales, como vecinos y vecinas. 

La Escuela, que se llevó a cabo el 18, 19 y 20 de febrero, se realizó en la sede del PIM y convocó a aproximadamente 50 participantes. Su objetivo fue generar intercambios sobre la generación e implementación de políticas públicas y sus efectos en la región nordeste del área metropolitana de Montevideo, con el foco en debatir sobre la participación social a la hora de elaborar políticas para determinados territorios. 

Marcelo Pérez, coordinador del PIM, explicó que el Programa tiene como cometido trabajar con la comunidad y los actores sociales e institucionales de la región nordeste del área metropolitana de Montevideo. “A partir de identificar sus problemáticas, buscamos desarrollar estrategias de extensión, investigación y enseñanza” indicó y añadió que ese trabajo lo llevan a cabo las y los docentes del espacio en articulación con las facultades, institutos y escuelas de la Universidad de la República. 

Sobre la Escuela de Verano, contó que tuvo su origen en el trabajo que llevaron a cabo el año pasado junto a un Espacio de Formación Integral (EFI). Titulado Reflexiones situadas sobre injusticias, opresiones y violencias, el EFI pertenece al área de Teoría Política de la Licenciatura en Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Sociales. Según Pérez, en el EFI surgió de forma “fuerte” la idea de que las políticas públicas pensadas “desde arriba” no tienen sentido para quienes “están abajo”: “no conectaban con el deseo y la necesidad que tenía la gente”, explicó. 

Con el objetivo de intercambiar sobre cómo se puede “interpelar, participar, proponer o discutir” las políticas públicas desde el territorio, “de abajo hacia arriba”, Pérez contó que durante las actividades se plantearon distintos temas a abordar. El primer día se intercambió sobre cómo se construyen las políticas públicas. Desde el PIM hicieron una exposición junto a docentes del área de Teoría Política. Además, discutieron sobre el lugar que ocupa la Red Camino Noreste en la zona. 

Durante la segunda instancia llevaron a cabo “una mesa disparadora” en la que se conversó sobre tres tipos de políticas sectoriales: trabajo, educación y vivienda. Como invitados e invitadas participaron: Gabriel Quirici, docente de la Universidad de la República y director de Educación del Ministerio de Educación y Cultura; la economista feminista docente de Facultad de Ciencias Económicas y de Administración Mariana García y la socióloga Florencia Castelló docente de la Facultad de Ciencias Sociales. integrantes del encuentro «universidad – organizaciones sociales de vivienda y hábitat»; Carlos Aulet, integrante del PIT CNT, representante de los trabajadores en el Fondo para el Desarrollo- Instituto Nacional de Cooperativismo.

El último día se realizó una instancia de intercambio sobre los temas que se trabajaron en las dos jornadas anteriores. Las y los participantes se dividieron en grupos en los que se plantearon preguntas disparadoras: ¿Qué tenemos y precisamos para políticas participativas? ¿Cuál es la potencia de las redes sociogubernamentales existentes y la debilidad de los instrumentos y la fragmentación institucional?, ¿Cuál es el lugar de agencia de los técnicos en política y el lugar de las organizaciones sociales? 

En base a los intercambios que surgieron de esas interrogantes, se hizo una puesta a punto en la que cada grupo compartió sus reflexiones. Como cierre de las actividades, el equipo del PIM realizará un documento que sintetizará las conclusiones que se generaron durante los intercambios. La idea es que el texto “pueda ser un material de trabajo” para autoridades, tomadores de decisiones y la prensa. 

“Las políticas públicas se tendrían que pensar en un escritorio. Pero que sea un escritorio en el barrio”

Entre las y los participantes de la Escuela, estuvieron presentes técnicos, técnicas, estudiantes de la Universidad, instituciones con presencia en el territorio, vecinos y vecinas e integrantes de colectivos sociales. Entre quienes asistieron, estuvieron presentes dos miembros de la Comuna Bella Italia, una iniciativa gestionada por vecinos y vecinas del barrio homónimo, ubicado en el Municipio F. 

Maximiliano Álvarez, integrante de la iniciativa, contó que la Comuna surgió a partir de siete ollas populares que funcionan en Bella Italia y que se unieron para pensar en las necesidades en común del territorio. A partir de esos intercambios, se presentaron a dos presupuestos participativos en los que fueron seleccionados. Obtuvieron los fondos para construir la Comuna y conformar un espacio para abordar las distintas necesidades del territorio, así como un lugar de encuentro para las vecinas y vecinos. 

A su vez, continúan llevando adelante las ollas populares, que responden a la gran inseguridad alimentaria que viven muchos habitantes de la zona. “No queremos solo servir un plato de comida a la gente, sino que cada uno se pueda cocinar en la casa, que sería lo más digno”, aseguró Maximiliano. 

En ese sentido, Leini Yassica Bouissa, también integrante de la Comuna, contó que en el espacio realizan capacitaciones para jóvenes, adultas y adultos, con el objetivo de contribuir a que las personas sin trabajo puedan encontrar una salida laboral. Como ejemplo, indicó que realizan un taller para aprender a trabajar con electricidad, del que ella es tallerista. Agregó que se acercaron al espacio varios sindicatos a realizar formaciones, con el propósito de contribuir a la inserción laboral de quienes lo necesiten. 

Otra de las participantes fue Shirley Pelusa Medina, referente barrial que lideró el proceso de realojo de 256 familias del asentamiento Isla de Gaspar. Pelusa contó que actualmente está en el “Colectivo Idea Vilariño”, un grupo que trabaja en torno al Ecoparque Idea Vilariño, que se encuentra donde antes estaba el asentamiento de Isla de Gaspar. De acuerdo a Pelusa, en el colectivo buscan que jóvenes y adultas y adultos mayores se acerquen al espacio. “Es una manera de unir las dos franjas, la juventud y la vejez y que entre ellos se pueda favorecer entre ellos mismos”, explicó. 

Pelusa destacó el rol del PIM, con el que viene trabajando en esta iniciativa y en otras anteriores, así como haciendo cursos. Por esa misma línea fue María Villar, vecina que asistió a la Escuela, que valoró que el Programa “está dando una gran mano” en un asentamiento de su barrio, en el que están apoyando una olla popular. Ambas indicaron que participaron de otros cursos impulsados por el PIM y que la Escuela fue otra oportunidad para seguir aprendiendo. 

Con respecto a las políticas públicas, Villar puso como ejemplo el caso de una olla popular. Para ella, reducir el trabajo de una olla a “una asistencia a la alimentación” es un error: “abarcamos una cantidad enorme de problemas que no tienen absolutamente nada que ver con lo que es la alimentación, y que muchas veces no tenemos la preparación necesaria como para afrontarlos”, comentó. Por eso, resaltó la importancia de generar políticas públicas con conocimiento de la realidad y necesidades de las situaciones que se buscan atender. 

“Las políticas públicas se tendrían que pensar en un escritorio. Pero que sea un escritorio en el barrio”, señaló Maximiliano. En ese sentido, Medina afirmó que “las políticas públicas salen desde un escritorio” y que no hay participación de las y los vecinos, que es lo que “le está haciendo falta a todas las políticas públicas”. “El que trabaja en territorio, el que trabaja con los vecinos, tiene una visión diferente”, indicó y planteó que “hay que pelear” para que las políticas públicas sean más participativas y a la hora de ser generadas incluyan a las personas a las que están dirigidas. 

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